Hoy queremos hablaros sobre un tema que está de actualidad y sobre el cual existen diferentes opiniones. Nosotros vamos a hablaros desde la evidencia científica.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), la Unión Europea (UE) y el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomiendan la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida, y complementada con otros alimentos hasta los 2 años o más, es decir, hasta que el bebé y la mamá quieran.
La lactancia materna presenta beneficios tanto para el bebé como para la madre incluso a partir de los dos años. Proporciona a la cavidad oral factores de defensa, minerales que favorecen la remineralización dental y un aumento del pH que disminuye la desmineralización. Es por ello, que los componentes de la leche materna en sí mismos no son cariogénicos, sino más bien todo lo contrario, protegen de la caries dental.
Ahora bien, ¿entonces porque se relaciona la lactancia materna con la caries dental? Para poder entender más este concepto vamos a hablar sobre la CPI (caries de primera infancia).
La CPI es una enfermedad crónica e infecciosa de etiología compleja y multifactorial. Consiste en un proceso destructivo del diente que tiene lugar como consecuencia de la desmineralización de la superficie dental. Para que se produzca una caries en un diente temporal se necesitan varios factores:
- Que haya bacterias cariogénicas que se inoculan de forma involuntaria por parte de los padres y cuidadores, cuando se dan besos en la boca del niño, se sopla o se prueba la comida antes de dársela al bebé.
- Que se consuman alimentos ricos en carbohidratos. Muchos alimentos introducidos en la dieta precozmente como por ejemplo los cereales, contienen una alta proporción de azúcares refinados de los que no somos conscientes.
- El tiempo durante el cual las bacterias están adheridas al diente es esencial. Los alimentos más pegajosos que quedan más tiempo adheridos al diente y la ausencia de una adecuada higiene dental aumentan el riesgo de caries.
Por tanto, la lactancia materna no existe evidencia científica para demostrar una relación directa con la CPI en si misma. Deberíamos enfocarnos más en instaurar unos buenos hábitos de higiene oral incluso después de la toma de la lactancia y una dieta sana y equilibrada con ausencia de azúcares.